El pasado sábado 19 de octubre se ha celebrado en todo el mundo el Día Mundial del Cáncer de Mama. En la actualidad, es el tumor más frecuente en la población femenina y en España se han diagnosticado 33.307 nuevos casos en 2019 según el Observatorio del Cáncer AECC. Esta cifra representa algo más del 30% de todos los tumores del sexo femenino en nuestro país, cuya tasa de mortalidad por cáncer de mama de las más bajas. En 2018, según los datos del Observatorio del Cáncer AECC, es de unos 28 fallecimientos por cada 100.000 habitantes.
Si el tratamiento más adecuado para superar la enfermedad es la mastectomía las pacientes se han de enfrentar, además de la pérdida física del seno, a la consecuente cicatriz. La dimensión estética tras la intervención quirúrgica es, pues, importante.
En este punto surge la siguiente pregunta. ¿Cuál es la funcionalidad y el objetivo principal de la aplicación del láser médico quirúrgico en una cicatriz tras la extirpación de un seno provocado por el cáncer de mama?
El Dr. César Arroyo Romo, de la Unidad Láser Médico Regenerativo y Estético del HM Hospital Montepríncipe, y la Dra. Paloma Tejero, Directora Médico de Mediestetic y Presidenta de GEMEON (Grupo de expertos en Medicina Estética Oncológica), aseguran que “tras la extirpación quirúrgica es de utilidad para promover un tejido cicatricial apropiado debido a su carácter estimulativo y a sus propiedades regenerativas evitando situaciones de fibrosis exageradas que puedan comprometer la función y aspecto del tejido pericicatricial”.
No obstante, hay que tener muy en cuenta las tipologías de láser médicos que se pueden aplicar exactamente en estos casos. Serán de aplicación aquellas longitudes de onda y sus modalidades (fraccionadas o no) que permitan un calentamiento tisular controlado basadas en la absorción de agua que ayudan a la mejoría en la cicatrización. Existen diferentes sistemas, como el de dióxido de carbono (10600nm), el erbio yag (2940nm) neodimio yag (1064nm), 1440nm, 1540nm. Últimamente se está promoviendo el uso de un 1210nm intraoperatorio con el mismo fin. También es útil la radiofrecuencia monopolar y bipolar.
Los doctores Arroyo y Tejero afirman que estas tipologías de láser disponen de unas características propias que recomiendan su uso, “sin duda su gran afinidad por el agua y la propuesta como termoterapia controlada para inducir a los fibroblastos a una adecuada producción de sustancias en el tejido intersticial, así como las fibras de colágeno, elastína y ácido hialurónico”.
Además, estos láseres s son aplicables a cualquier tipo de cicatriz, salvo en aquellas donde haya un compromiso de los bordes quirúrgicos o un proceso infeccioso que comprometa la evolución. Asimismo deben tenerse precauciones en aquellos tejidos donde haya existido una afectación por la aplicación de una radioterapia reciente.
Otra de las cuestiones interesantes de abordar en cuanto al uso del láser médico quirúrgico son las relativas a la duración del tratamiento, las sesiones necesarias y el suministro de anestesia. Obviamente, la dosis y parametrización deberán adaptarse a las características de cada tejido y al tipo de láser empleado “aunque un promedio de tres sesiones deberán ser administradas a intervalos de al menos 6 semanas. La anestesia dependerá del tipo de tratamiento y de la dosis administrada”.
Durante la fase de aplicación del láser en la cicatriz deben dejarse claras las precauciones y pautas diarias que han de seguir las pacientes. Según informan Arroyo y Tejero, serán las propias de cualquier tratamiento fototerápico asociado a esas longitudes de onda y los cuidados propios de la regeneración del epitelio se adaptarán a las necesidades de la zona. Así, “actualmente predominan el uso de terapias tópicas, geles y cremas, muchas de ellas basadas en su composición en el ácido hialurónico que favorece la regeneración. La fotoprotección cutánea es imprescindible”.
En cambio, si nos centramos ahora en la fase posterior, una vez que el tejido cutáneo haya reepitelizado, “deberemos utilizar pautas de hidratación tópica adecuadas y por supuesto evitar cualquier trastorno añadido sobre la piel tratada”.
Ante la duda de si deben suministrarse medicamentos la respuesta es “no como norma. Es muy importante que cuando se realice el abordaje de una cicatriz estemos ante una paciente en la que el proceso oncológico ha sido superado y, en ese momento, no esté con tratamiento quimioterapia o inmunoterapia que puedan comprometer los resultados”.
Hablemos de resultados. La aplicación del láser médico quirúrgico genera en las pacientes unos beneficios físicos y emocionales sin ningún tipo de dudas. Más en concreto, si la cicatriz es retráctil, hipertrófica, etc puede mejorar la movilidad de la zona y que como se describe en J Lasers Med Sci. 2019 The Effects of Photobiomodulation Therapy on Post-Surgical Pain, pueden utilizarse láseres de baja frecuencia para combatir el dolor postquirúrgico.
También según J Cancer Surviv. 2015 Jun;9(2):287-304.Effect of low-level laser therapy on pain and swelling in women with breast cancer-related lymphedema: a systematic review and meta-analysis se concluye que “LLLT confers clinically meaningful reductions in arm volume and pain in women with BCRL”.
Es muy importante también destacar la mejoría y el impacto a nivel emocional y psicológico de las pacientes que supone lograr mejorar el aspecto de las cicatrices.
Igualmente, no debemos olvidarnos de la necesidad de someterse a chequeos periódicos para comprobar la evolución de la cicatriz además de los controles que determine su oncólogo o su cirujano. “Ante la mínima sospecha de alteración o cambio en la cicatriz debe estudiarse para descartar una recidiva”, recomiendan los doctores Arroyo y Tejero.
Por este motivo es tan importante, básico, que las pacientes consulten con el equipo que la atiende y que acudan siempre a un experto.
En este sentido, el profesional especializado en láser médico quirúrgico debe “conocer muy bien los equipos a utilizar, la interacción laser tejido y las particularidades del paciente oncológico”.
Para finalizar resolvemos otra duda interesante. ¿Hay algún tipo de paciente que no puede someterse a la aplicación del láser en una cicatriz tras una mastectomía? Según nuestros expertos, “aquellos en los que haya sospecha de recidiva en el área de la cicatriz, que tengan radioterapia previa reciente o que estén con tratamientos que puedan interferir con la evolución. Todos estos tratamientos contribuyen a mejorar la calidad de vida de estos pacientes, es indispensable personalizarlos y encuadrarlos en un tratamiento integral”.
√ Dr. César Arroyo Romo es Profesor del Máster de Calidad de vida y Cuidados Médico-Estéticos de la UAH
√ Dra. Paloma Tejero es Directora del Máster de Calidad de Vida y Cuidados Médico-Estéticos de la UAH