Es un hecho constatado que el láser y los distintos sistemas de luz intensa han extendido su empleo a prácticamente la totalidad de las especialidades médicas, entre las cuales la cirugía no podía faltar. Gracias a su empleo y sus efectos particulares hoy pueden tratarse enfermedades que antes no podía afrontarse de forma tan exitosa.
El Dr. Mario Trelles, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Láser Médico Quirúrgico (SELMQ), nos desvela las claves de una de las tendencias más importantes en el sector del láser médico quirúrgico: el rejuvenecimiento facial.
En la actualidad, las estadísticas de la Sociedad Americana de Láser en Medicina y Cirugía muestran la evolución de las aplicaciones del láser en las diversas especialidades médicas, que se hacen patentes cada año en su congreso, destacando el continuo avance de sus indicaciones. Las múltiples aplicaciones, entre ellas el rejuvenecimiento facial, están más generalizadas en Norte América, pero no es menor la tendencia de crecimiento que se desarrolla en Europa y en España. Es aquí donde la SELMQ interviene elaborando cuestionarios, que gracias a las respuestas que completan sus miembros, puede asumirse que el número de médicos usuarios y los tratamientos realizados crece cada año.
Preguntado sobre los principales sistemas láser más importantes que se están aplicando en la actualidad para tratar el rejuvenecimiento facial, el Dr. Trelles explica que “hoy contamos con sistemas de oferta variada con los que pueden realizarse tratamientos que denominamos ablativos y no-ablativos, según el efecto que ejerce la energía de la luz al depositarse en la superficie de la piel, y propagándose hacia su interior, en el caso de los primeros. Los segundos son sistemas que no afectan el exterior de la piel más que de una forma secundaria; es decir, que su acción se desarrolla en el interior (o dermis), estimulando la formación de colágeno para ejercer tensión en la piel”.
Los varios pasos (pulsos de estos sistemas) consiguen que la energía se deposite en la epidermis o capa superficial de la piel, mejorando su aspecto y, en conjunto, “conseguir que el tono de la piel se incremente rejuveneciendo el aspecto externo de deterioro del tejido”.
Sin embargo, el Dr. Trelles matiza que los tratamientos de rejuvenecimiento facial con sistemas lumínicos se han convertido en uno de los tratamientos estéticos más demandados, y en consecuencia “también recibe mala prensa. Este hecho se debe principalmente a tratamientos poco expertos. El público interesado debiera consultar la página web de la SELMQ para informarse sobre dónde puede dirigirse, pues sus miembros poseen la instrucción fundamental y están familiarizados con las técnicas de tratamiento”.
Otra de las similitudes más destacadas entre los sistemas ablativos y no-ablativos reside en que se sirven del “efecto térmico que se origina al absorberse la energía de la luz por los tejidos. Volvemos pues al principio básico de que “la energía no se destruye”, y en al caso de los tratamientos de rejuvenecimiento facial “se trasforma” en resultados beneficiosos y de refrescamiento para las varias capas de la piel. Durante el tratamiento el tejido es “agredido de forma controlada” a fin de alertar y activar los mecanismos de nuestro sistema corporal para que durante la reparación de las “lesiones terapéuticas” se acelere el metabolismo consiguiendo obtener la regeneración activa de la piel, logrando que ésta recobre su bienestar y aspecto más joven.
Como hemos visto, lo que ocurre en la piel de los pacientes cuando se les aplican estos sistemas lumínicos es la estimulación de forma continuada y óptima del riego sanguíneo a nivel de la piel facial tratada, con resultados sobre la actividad linfática que conduce “a la eliminación activa de toxinas durante el proceso de reparación del tejido. Se induce así la formación de nuevas fibras de colágeno y elastina, que ejercen efectos positivos sobre la tensión de la piel y contra la flacidez. La renovación de la capas de células más externas del cutis dotan al tejido de luminosidad, brillo, desaparición de líneas y arrugas, recuperándose el aspecto juvenil de la piel”.
Una de las cuestiones que más interés despiertan entre los clientes que se están planteando aplicar estas soluciones tecnológicas es su piel y su edad son susceptibles de mejorar su aspecto. El Dr. Trelles afirma que “el tratamiento y su protocolo de ejecución se realizan de acuerdo a las necesidades de la piel facial que debe intervenirse. Se trata entonces de tratamientos a la medida de las necesidades, y siguiendo las inquietudes que expresa el paciente durante la entrevista. El examen y el diagnóstico de las ocurrencias de la piel también cuentan para determinar la conveniencia o no del tratamiento, de acuerdo a las características del tejido y edad del paciente”.
Lo que queda fuera de duda es que los resultados enseñan que en el mayor porcentaje de pacientes (si estos tienen unas expectativas reales de lo que puede conseguirse después de que el especialista le explique sobre las posibilidades del tratamiento), obtienen reducción significativa del deterioro cutáneo.
Extendiendo la explicación anterior, cabe añadir que el programa de tratamiento se deriva del diagnóstico que pone al médico en la dirección correcta “para caminar” de la manera más conveniente: “Es durante la entrevista y la conversación sin tapujos entre paciente y médico la que orientará sobre el número y características de los tratamientos. Puede decirse que en el desarrollo de la práctica clínica, con la cual se consigue experiencia y fineza para hacer los tratamientos, es la que sirve para aconsejar mejor cuál procedimiento realizar. No se trata de aplicar los tratamientos láser porque sí. Es la visión global del concepto de la estética lo que optimiza la mejor indicación del programa que conviene al paciente”, amplía el Dr. Trelles.
En cuanto a las precauciones y pautas diarias que deben llevar a cabo los pacientes durante la aplicación de los tratamientos con láseres y sistemas que basan su actuación terapéutica en la energía de la luz, “exigen proteger adecuadamente al paciente a fin de salvar incidencias como, por ejemplo, quemaduras”. Después del tratamiento el paciente deberá tener precaución con la exposición solar. Esta recomendación no implica que no se pueda salir de casa, pero “es necesario evitar los baños de sol o prolongar el contacto directo con la luz solar. Por lo tanto, la indicación de usar protectores solares es mandataria. Según las particularidades de las lesiones, su localización y las características del tratamiento, el médico aconsejara convenientemente al paciente”.
Acto seguido, una vez finalizado el tratamiento, el médico dará al paciente recomendaciones personalizadas. “Prescribirá cremas que ayuden a conseguir un pronto restablecimiento, y para alcanzar un óptimo rejuvenecimiento del aspecto de la piel facial. Cuentan también -para dar las indicaciones postratamiento- factores como la edad del paciente, el color de su piel y la importancia de las imperfecciones cutáneas tratadas”, amplía el Dr. Trelles.
Sin embargo, la recomendación genérica es que el aspecto juvenil y de buen cuidado de la piel implica una atención periódica. Debe tenerse en cuenta que un tratamiento no es para toda la vida puesto que el proceso de envejecimiento es complejo y los tratamientos precisan adaptarse a las necesidades de cada situación y a la condición que la piel presenta en el momento de su examen.
Sobre el interrogante de si los pacientes han de tomar medicamentos la respuesta es que no es preciso tomar medicamentos una vez recuperada la piel. El Dr. Trelles, no obstante, subraya la necesidad de que “los tratamientos de rejuvenecimiento faciales con los láseres y sistemas lumínicos han de acompañarse de un uso regular de agentes tópicos (cremas), con la finalidad de preservar el mayor tiempo posible los beneficios obtenidos”.
Precisamente, ¿cuáles son los resultados y los beneficios (físicos, emocionales, etc) que se obtienen con más frecuencia? “Normalmente vemos que los pacientes persiguen conseguir una mejoría que los refuerce física y psíquicamente. Hablamos entonces de tratamientos con repercusiones extensas y positivas, en tanto que después se agradan más físicamente y consiguen mayor confianza y seguridad emocional. Los resultados no son pues solo a nivel de la piel, consiguiendo mejorar su aspecto, sino que se obtienen mejorías en la condición estética, y también física y emocionalmente”. Sin embargo el cliente debe saber que los resultados obtenidos dependerán también de la especificidad de cada paciente en cuanto a variables como su edad; tipo de imperfecciones (propias del envejecimiento: líneas, arrugas y trastornos pigmentarios); así como el tipo de piel; tratamientos previos y los cuidados que se han prodigado (si han sido de forma regular o si se ha carecido de ellos).
Como se desprende de este artículo, una excelente formación del médico es imprescindible para la correcta aplicación de la mejor solución posible en cada caso en cuanto a rejuvenecimiento facial se refiere. Porque, después de todo, a todo el colectivo profesional del láser le interesa que los pacientes obtengan los mejores resultados. En esta dirección, el Dr. Trelles apunta que “los profesionales de nuestro país crecen en experiencia con la enseñanza que se imparte en congresos de la SELMQ del presente año que se realizará en Málaga el próximo mes de abril, y cuyo programa está plagado de consejos junto a la presentación de casos prácticos que nos ayuden a mejorar nuestro rendimiento. Creo que caminos como este son excelentes para corregir procedimientos inexpertos y evitar descontento con los resultados de los tratamientos, que sin duda llevan desprestigio a la práctica láser”.
Para concluir, el Dr. Trelles lanza el siguiente mensaje a los pacientes que se están planteando rejuvenecer su piel mediante el láser. “A los pacientes que buscan tratamientos de excelencia los animamos a buscar consulta con los médicos cuyos nombres aparecen en el listado de socios de la SELMQ. En la lista a la que me refiero aparece su localización, la especialidad de sus tratamientos y los enlaces donde pueden obtener información que los oriente hacia profesionales cualificados. En la SELMQ cooperamos para que los socios tengan una actualización anual en los congresos, aportándoles información por ponentes expertos y profesionales de amplia experiencia. Son profesionales que han podido ver en su extensa práctica casos de difícil tratamiento y complicaciones que han salvado airosamente, haciendo acopio de recursos varios, fruto de su dilatada práctica”.